Los amantes de Toulouse
A Rodrigo,mi hijo…
porque lo que importa es el volar infinito
A ellos…
¿cómo no recordarlos
si cada tarde concurrían?
A ella…
¡tan bonita!
que por bella la temían
A él…
con su mirada marina
de pescador sin red, cautiva
¡Ay…!
Se torna la boca lluvia
al recordar besos
y risas
esas tardes sus caricias
a sol y viento tendidas
¿Cómo no recordarlos
sí por ellos renacía?